Parlamentarismo y elección del emperador

6 de enero de 1849.

Pregunta de Jakob Lorber sobre la próxima elección de un emperador alemán.

1. ¡Bueno, entonces escribe! - Ya me estás empujando de tal manera que al final tengo que volver a hablarte de cosas que ahora realmente se han convertido en un gran disgusto para Mí; por mucho tiempo no comprenderás en plenitud qué poca consideración le tengo Yo al parlamento y sus decisiones.

Pero esto sí puedo decirte: el Parlamento (Reichstag) y el Consejo del Parlamento (Reichsrat) es una de las principales actividades con las que se ocupa el infierno.

Porque el infierno ya ha tenido más de un decillón de reuniones de Parlamento y todavía se encuentra, como siempre, en la noche más espesa, y ni siquiera ha llegado a comprender siquiera el concepto de lo que es el día a pesar de todas sus incontables reuniones.

El hecho de que el infierno empeora un poco más después de cada reunión parlamentaria es la verdad más absoluta; y jamás hubo el menor rastro de mejoría después de una infernal reunión de consejo parlamentario.

2. Sin embargo, las reuniones parlamentarias actuales sobre la Tierra son en todo muy parecidas a las del infierno; y sus frutos, sin importar lo que sea, difícilmente pueden ser mejores que los del infierno ya que son muy similares a los del infierno mismo.

3. Te preguntas dentro de ti mismo, ¿por qué estas reuniones parlamentarias tendrían que ser tan malas? Se reúnen muchas cabezas altamente eruditas e inteligentes que se sientan juntas y escudriñan cada propuesta con la mayor agudeza de su intelecto y no la aceptan como legalmente vinculante hasta que haya sido debidamente forjada y limada por todas las cabezas eruditas.

4. Sí, sí, Mi amado, al menos así aparentan estar las cosas, pero en realidad no es lo que parece, sino completamente diferente, es decir: se reúnen por lo menos un tercio de los más astutos y ladinos, otro tercio de los más ordinarios y medio tontos y torpes, y finalmente un débil tercio de los más soberbios y altivos, entre los cuales también hay cabezas duras y tercas. Estos últimos encuentran naturalmente que está por debajo de su dignidad, mayormente aristocrática, el hecho de tratar con diputados mezquinos, apestosos y estúpidos, y tener que convencerlos para sus fines.

5. Esto lo saben y lo usan las cabezas astutas y ladinas que se juntan con la plebe para ganársela. Por eso suele suceder que sus propuestas tienen que ser aceptadas porque ganan por mayoría de votos, por más malas y miserables que sean en sí mismas. Esto indigna y encoleriza a la derecha, usualmente aristocrática, que se pone a pensar en métodos secretos para castigar a la odiada izquierda.

¡Aquí es cuando comienza la intriga puramente infernal, o mejor aún, la verdadera danza infernal de diputados del Parlamento! - Entonces prevalece un amor y una "unidad" que Satanás nunca podrá desear mejor ni más fructíferamente para sus propósitos. - Pienso que me entiendes.

6. Bueno, ya que me entiendes, entonces juzga por ti mismo y dime qué frutos deben brotar de esta semilla. - Dices en ti mismo: ¡Oh Señor, los frutos más miserables del mundo! - Bien, te digo, así es y así sería también si Yo no hubiera inventado Mi propia especie de polilla para estas semillas, polillas que son muy dañinas para ellas. Por el momento no quiero describirte este invento Mío con más detalle, pero no obstante lo reconocerás pronto y fácilmente, cuando encuentre su camino desde el este, o tal vez también desde el oeste.

7. Ahora, si la corona imperial alemana es autorizada e instituida por el Parlamento alemán, entonces podrás deducir fácilmente cuál es el espíritu que fundamenta a la corona y qué se puede esperar de ella.

8. ¿Pero sabes qué sería un verdadero Parlamento celestial? - Mira, un verdadero Parlamento celestial sería Mi Palabra y su observación en todos los corazones humanos.

9. Los gobernantes tendrían pues que permanecer así como son ahora, pero al mismo tiempo también serían los seguidores más leales de Mi Palabra. De esta manera todos ellos crecerían como un Salomón en Mi Nombre. Pero si, tanto los gobernantes como sus pueblos, esperan su salvación de las reuniones parlamentarias terrenales, entonces no les irá nada bien.

10. Aquellos que son los más adictos al poder y la corona obtendrán la peor parte, porque Yo te digo: si ellos no tienen una cabeza de bronce y un cuerpo de piedra, no podrán llevar la corona por mucho tiempo porque esta corona vieja-nueva estará completamente al rojo vivo. ¡Y tal gran y nuevo emperador alemán se convertirá muy pronto en un pequeño emperador alemán y poco después en un pequeño duque y, un poco más tarde, en una pura nada!

11. Oh, otra cosa sería si esta corona fuera asumida por un emperador ya existente, por lo que ya no sería posible concederle alguna elevación a la persona y el carácter. Esta elevación en la Tierra es lo más peligroso para cada hombre, independientemente de su estado social o abolengo.

Es por eso que nada es impedido por Mí con tanto esmero como la entronización de nuevos emperadores o reinos, porque esto estimularía el poder en demasiadas cabezas y con ello guerras y sus funestas consecuencias, por lo que incluso desterré todos los actos para la elección de príncipes y duques, porque estas votaciones siempre tuvieron las mismas consecuencias.

12. Por lo tanto, aquel que ha sido durante mucho tiempo un emperador debe continuar siendo un emperador, y el rey un rey. Pero si un rey lucha por la dignidad de un emperador con el fin de ser emperador, entonces se la tendrá que ver Conmigo, ¡en especial si el Parlamento de Frankfurt lo quiere convertir en emperador!

¡En Verdad, le debería ir incluso peor que a un ex emperador de los franceses! - ¿Entiendes eso? - Sí, sí, lo entiendes, así que no necesito decirte nada más; porque de todos modos los tiempos venideros te iluminarán sobre todo esto.

13. Que este mensaje os sirva como guía de orientación para todos vosotros. Amén.

Fuente: Dádivas del Cielo, tomo 3, recibido el 6 de enero de 1849 por Jakob Lorber.